Cualquier día de faena de un percebeiro supone asumir un riesgo alto. Su lugar de trabajo está entre las inhóspitas y afiladas rocas de la famosa Costa da Morte, en las que se adentran de cuando a cuando para conseguir el conocido como oro negro de la costa gallega. Hablamos, por supuesto, del percebe, un marisco muy apreciado que crece en rocas batidas constantemente por el oleaje.
Los pescadores y mariscadores, como los percebeiros, se unen en cofradías que salen a faenar, especialmente, en épocas del año favorables a la venta, como la Navidad. Cuando mesas rodeadas por familiares y amigos se han de llenar con víveres especiales, sus precios son más altos que en cualquier época del año, y los profesionales que los recolectan tratan de hacer su agosto.
Un segundo entre la vida y la muerte
La agrupaciones de percebeiros suelen reunirse a primeras horas de la mañana para decidir si salen o no a faenar. Depende de la situación meteorológica y de cómo se intuya estará el oleaje. Si son más o menos favorables, el grupo se montan en lanchas para llegar a zonas difícilmente accesibles de otro modo, y donde se saben que estarán los percebes de mayor calidad. Ya antes ha habido que enfundarse el traje de neopreno, tomado la rasqueta para retirar el percebe de la roca y todo aquello útil para faenar.
Es un trabajo en equipo. Mientras unos vigilan, incluso con la tarea de tirar de una cuerda atada a la cintura de un compañero, para que este sepa que viene una ola y tiene que moverse a un lugar más seguro, otros se mueven con gran habilidad a la búsqueda del preciado crustáceo. Se exige forma física, muchos reflejos y gran conocimiento del mar.
Percebeiro Shield, una nueva herramienta
Los percebeiros cuentan ahora con una nueva herramienta desarrollada por Nissan, que explica que se trata de un escudo de protección inteligente. Su nombre es, de hecho, Percebeiro Shield. Se trata de un equipo que aplica la tecnología Nissan, en el que el percebeiro se enfunda para mermar los riesgos de caer al agua y encontrar un fatal resultado.
Así, el traje de neopreno está conectado a un sistema hardware y software que, tras escanear la superficie del agua desde tierra en tiempo real para predecir las olas con precisión, avisa al percebeiro. Lo hace a través de tres dispositivos: un módulo led, un módulo de audio resistente al agua y un módulo de vibración en la zona lumbar.