Los sistemas de impresión tradicionales necesitan continuamente de avances tecnológicos y mejoras operativas. La competitividad del sector, unido al respeto por el medio ambiente, son elementos importantes que obligan a los fabricantes de equipos de impresión y accesorios a considerar los nuevos desarrollos.
Entre las nuevas técnicas de impresión que se han mostrado como ventajosas por su competitividad, podemos destacar principalmente la impresión en 3D y la impresión digital.
Impresión digital
La impresión digital se caracteriza por ser una impresión directa desde el ordenador a la máquina, como si de una impresora se tratara. De ese modo se evitan los costes intermedios en la impresión offset (fotolitos o planchas, preparación de tintas, máquinas, etc.). Esto provoca que la impresión de pequeñas cantidades sea rentable.
Con la imprenta digital, imprimir por ejemplo 50 revistas o fanzines es totalmente viable. En la impresión digital, además, la imagen puede variar en cada impresión, algo que convierte a esta técnica en muy válida para, por ejemplo, la impresión de diplomas. El de la personalización que ofrece la impresión digital es un valor añadido de esta técnica, pues la impresión personalizada es un mercado en expansión.
Dentro de la impresión digital, que es la que es más común para uso doméstico y en oficinas, podemos diferenciar entre impresión digital láser e impresión digital por inyección de tinta.
Impresoras 3D
Se sigue hablando de técnica de impresión novedosa aunque la impresión 3D ya se conoce desde principios del S.XXI. Muchos expertos afirman que las impresoras 3D en nuestra era son tan importantes como la imprenta en el S.XV.
Esta técnica de impresión nació con el objetivo de transformar archivos de CAD (Diseño Asistido por Ordenador) en tres dimensiones, en prototipos reales. Las impresoras 3D son máquinas que permiten crear piezas volumétricas a partir de un diseño hecho por ordenador.
Se utilizan en la actualidad en sectores como la arquitectura y el diseño industrial, pero sobre todo es muy común en la industria médica, sobre todo para construir prótesis médicas, pues resultan ideales dada la facilidad de adaptar cada pieza fabricada a las características específicas de cada paciente.
Como ocurre con la impresión digital, existen impresoras 3D de tinta e impresoras 3D láser, que se diferencian en que unas utilizan tinta para compactar las masas de polvo con la que se crean las piezas, mientras que otras utilizan un láser que transfiere energía al polvo para que polimerice y posteriormente pueda solidificar en forma de la pieza deseada.