Las altas temperaturas, los planes al aire libre con piscinas y terrazas como escenario, un ambiente diferente en la oficina porque hay menos compañeros trabajando, las ganas de que lleguen las vacaciones propias… Todo influye para que la productividad baje significativamente en verano. ¿Qué hacer para mantener la concentración?
1. Mantén el ambiente adecuado
La temperatura influye considerablemente en el ánimo de las personas, en su bienestar y, por lo tanto, en su trabajo. Por eso se atribuye al invierno un cariz deprimente, algo de lo que tampoco escapa el verano. Así lo ha concluido un estudio publicado por Psychological Science.
El aire acondicionado, la hidratación regular con agua fresca y alimentos como las sopas frías o los helados pueden ser aliados.
2. Adaptación ante la apatía
Una buena manera de combatir esa dejadez del verano es proponiendo a los empleados invertir esfuerzos en proyectos que realmente les gusten, que vayan bien con sus intereses y con sus habilidades. Será el revulsivo perfecto para que encuentren su motivación, incluso cuando todo el mundo está de vacaciones y hay fuera grandes “planazos” esperándoles.
3. Incentivos para conseguir objetivos
Los empleados deben estar dispuestos a conseguir los objetivos por deseos de superación y de aportar a la empresa. Pero, aunque los incentivos pueden ser un arma de doble filo (porque los buscarán siempre), el verano es una estación especial. ¿Premios en forma de entradas para conciertos, visitas al restaurante de moda o tarjetas regalo? Mejor ahora que nunca.
4. Deja volar la imaginación
En verano cuesta más concentrarse pero, a veces, dejar que la mente divague libremente puede ser de lo más productivo. Un rato de mirada perdida tras la ventana puede dar lugar a una nueva idea que podría ser aprovechada, aunque requiera de tratamiento o asociación con otras ideas.
5. Ratitos entre compañeros
Es mejor aprovechar el verano para tener esos momentos especiales que no lo hagan demasiado largo: un ágape a mediodía, un parón a media mañana para tomar algo frío… Hará menos largo el estío al mismo tiempo que fortalecerá la relación entre compañeros.
6. ¡A trabajar en equipo!
Y, de una relación fortalecida, se deriva mejor ambiente en la oficina y más motivación para cumplir plazos y objetivos.
7. Cambiar la prioridad “tiempo” por “resultado”
En verano es mejor olvidarse de plazos, o al menos es más realista pensar que se cumplirán si los empleados tienen cierta flexibilidad. Su trabajo cundirá más si tienen horarios adaptados, como tardes libres los viernes.
8. Hora de planificar
Todos estarán de vuelta en septiembre con las pilas cargadas, ¿qué tal si para entonces se ha pensado en una buena estrategia mejor que en los resultados? El verano también se puede aprovechar para eso.